beso de singapur

El beso de Singapur: 5 claves para practicarlo

Un suelo pélvico entrenado te permitirá llevar a cabo esta práctica

El beso de Singapur es una práctica sexual que puede resultar placentera (como todo, según los gustos de cada persona) y que no es lo que se dice fácil, ya que requiere requiere de un suelo pélvico fortalecido. ¡Y trabajar tu suelo pélvico quiere decir apostar por tu salud sexual en cualquier etapa y práctica! Para entrenarlo, lo mejor es acudir a profesionales del suelo pélvico que nos asesoren.

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y tejido que sostienen los órganos de la pelvis en su sitio: vagina, uretra, vejiga, útero y recto.

¿Qué es el beso de Singapur?

El beso de Singapur, también conocido como "Kabazza", es una técnica ancestral procedente de la India que consiste en succionar el pene de tu pareja, pero no con la boca, ¡sino con la vagina!

Esta técnica no está respaldada por estudios científicos, pero hay quienes la encuentran de lo más placentera... por probar que no quede, ¿no? Además, aunque esta técnica puede ser muy agradable para el pene, el hecho de tener un suelo pélvico fuerte también ayuda a las personas con vulva a maximizar el placer sexual.

Lo importante a la hora de llevar a cabo cualquier técnica es mantener una buena comunicación en pareja, de manera que nos sintamos libres de decir si nos está gustando la experiencia.

Beso de Singapur: 5 claves para conseguirlo

Llevarlo a la práctica no es precisamente sencillo. Lo primero que tienes que conseguir es tener un suelo pélvico entrenado. Eso se consigue con los famosísimos ejercicios Kegel que, si no sabes qué son, consisten en contraer la musculatura vaginal para fortalecerla. Además, las bolas chinas también son una gran herramienta para fortalecer el suelo pélvico.

Identifica los músculos

¿Cómo? Lo principal es identificar qué músculos tienes que contraer, así que, cuando vayas a hacer pipí, corta el chorrito, vuelve a soltar, vuelve a cortar, y así... Los músculos que contraes para "cortar" el pis son los que tienes que contraer para ejercitar la musculatura. Pero ¡ojo! Cortar el pis no es sano, así que hazlo únicamente para identificar los músculos la primera vez, nada más.

Técnica en 3 pasos

Bien, ¡logro desbloqueado! Ya sabes "apretar" los músculos de tu vagina. Ahora es el turno de hacerlo con tu pareja dentro; así que, tras poneros a tono, ponte encima de tu pareja y prueba a “apretarlo”. Consiste en tres pasos: aprieta, mantén (durante 2-3 segundos) y suelta. De esta forma podrás identificar las nuevas sensaciones que se generan dentro de ti.

Ponlo en práctica

Lo siguiente es poner en marcha una gran técnica del beso de Singapur: punta, media y fondo. Consiste básicamente en "apretar" las tres zonas principales del pene. ¿Cómo? Para empezar, probad a introducir solo el glande, su zona con más terminaciones nerviosas. Una vez dentro, aprieta y mantén durante 2-3 segundos. Baja un poco más tus caderas hasta que llegues a la mitad y aprieta. Baja hasta el fondo y aprieta. Después de eso, vuelve hacia el glande.

Repite y descubre

Ahora vuelve a repetirlo todo: estás nuevamente en el glande, te toca apretar. Bajas al medio, aprietas y luego al fondo, aprietas y vuelves nuevamente hasta el glande. Con estos pasos controlados puedes crear distintas combinaciones a la medida de vuestros gustos ¡Será divertido ir probando hasta encontrar la combinación que más os guste!

El toque de oro

Para elevar el beso de Singapur al siguiente nivel, te vamos a desvelar el toque de oro... Con este truco vas a aprender a utilizar todos los músculos del suelo pélvico en profundidad. Casi todas las personas con vulva tienen la fuerza en el primer tercio de esa, es donde casi todas podemos identificar ese “apretón”; lo bueno es que podemos aprender a apretar en el medio y al final de la vagina dando un masaje mucho más intenso, y solo ayudándonos con el abdomen.

¿Cómo? Estás montada encima de tu compi, con su miembro totalmente en el fondo, vas a hacer la primera contracción con el primer tercio de tu vagina. Ahora, ¡no lo sueltes! Aprieta un poco más y haz lo siguiente: aprieta tu abdomen, echa hacia atrás tu cadera y arquea tu espalda hacia atrás, sacando el pecho, como si quisieras succionar su miembro. Recuerda: vas a hacer el movimiento sin soltar la primera succión de tu vagina. Automáticamente al contraer el abdomen bajo, contribuirás a que, por lo menos, el segundo tercio de tu vagina también genere el apretón. Quizá este ejercicio te lleve un poco más de tiempo para bordarlo pero, con un poco de entrenamiento... ¡todo es posible!


Ahora que ya conoces qué es el beso de Singapur, si algo que te podemos asegurar es que, con un suelo pélvico fuerte, conseguirás disfrutar mucho más de tus relaciones sexuales.
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