A veces, para dar en la diana, está bien no empezar siempre con un tiro directo al centro
Aunque sea obvio que nuestros puntos máximos de placer suelen concentrarse entre las piernas, es importante y muy seductor tener presente aquellas zonas erógenas del cuerpo que a menudo quedan relegadas a un segundo plano a pesar de la gran estimulación y placer que estas nos proporcionan.
La boca
Tan próxima y a la vez tan alejada a medida que van pasando los años en una relación de pareja.
Parece que a veces, en el plano sexual, solo usemos nuestras bocas para besarnos y, sin embargo, estamos ante una zona erógena superseductora y con un papel fundamental también en el sexo oral.
Por eso, te proponemos que te tomes tu tiempo para redescubrirla y disfrutarla para darle el protagonismo que siempre se merece. Por ejemplo... ¿por qué no pintarte los labios de sabores o de nuevos colores o combinarla con aceites de sabores?
Tras las rodillas y los codos, áreas de piel fina
Estas zonas suelen ser extremadamente sensibles y excitantes cuando las acariciamos, ya que en ellas circulan bastantes vasos sanguíneos y proporcionan mucho cosquilleo y placer.
Acariciarlas, besarlas, pasar una pluma sobre ellas o, por ejemplo, deslizar un sensual aceite sobre ellas puede convertirse en una experiencia mágica.
Pies y tobillos
Como bien es sabido, en los pies gozamos de un sinfín de terminaciones nerviosas directamente relacionadas con todo nuestro cuerpo. De aquí que los masajes en los pies puedan convertirse en una experiencia relajante y erótica de lo más evocadora.
Para disfrutar de esta zona erógena, puedes ir a una sesión de reflexología o experimentar por tu cuenta y descubrir cuáles son los puntos más gozosos tuyos o de tu pareja al presionarlos y acariciarlos con cariño.
Los lóbulos de las orejas
A veces un mordisquito, un beso o hasta un cálido susurro inesperado en el oído puede convertirse en uno de los escalofríos de placer más excitantes del mundo.
Despertando el instinto más sensitivo de nuestro cuerpo con la proximidad y reacción instantánea que conlleva este juego que no tiene porqué ser en el dormitorio o en la intimidad. ¿Por qué no hacerlo en una fiesta, cena o paseo?
Los pezones
Los pezones representan una zona tan erógena y de reacciones tan altamente placenteras que algunas personas con vulva hasta pueden llegar al orgasmo solo con su estimulación.
Eso sí, a cada persona le gusta de un modo distinto, a su ritmo, con diferente presión, factores que puedes ir descubriendo ya sea preguntándole o basándote en sus gemidos y reacciones al acariciarle.
La zona lumbar
La zona lumbar puede resultar muy erógena si se estimula con caricias y masajes. ¿Has probado a poner una almohada en la zona baja de la espalda mientras tienes relaciones o juegas a solas?
Esto ayudará a elevar esta parte de tu cuerpo para aumentar de manera natural el grado y ángulo de penetración durante el coito o durante la inserción de un vibrador como Lucas, si tienes vulva, o Luke si tienes pene y quieres estimular tu punto P. Una vez lo pruebes seguro que se convertirá en uno de tus trucos favoritos.
Sobre la piel, jugando con cambios de temperatura
El efecto frío/calor no es ningún mito, ya sea con un cubito de hielo o con aceite afrodisíaco.
Creando una experiencia de lo más excitante en el que las sensaciones de más a menos juegan un papel fundamental al incrementar la sensibilidad de la piel durante los juegos previos y también en los momentos de lujuria.
Las nalgas y los muslos
A veces un buen azote en el trasero puede estimularte de manera sorprendente en cuánto a excitación sexual, esto va para todo el mundo.
Esta práctica llamada spanking, ya sea con la propia mano, con un azotador o una Paleta de satén, (y siempre que haya consentimiento), es ideal para despertar la sensación de placer/dolor que tanto puede llegar a gustar y subir la temperatura ambiente.
Las muñecas y las manos
Inmovilízalas, átalas, sujétalas, ya sea con unas cuerdas para bondage o unas esposas. El hecho es que jugar con ellas en pareja, y sentirte atrapadx, a su merced, también significa dejarse llevar y experimentar a partir de la sujeción, atreverte a ir más allá. Un juego bondage que seguro te hará sentir más que nunca, desde nuevas perspectivas.
Masajes siempre, no solo al principio
¿Por qué muchas parejas solo se dan masajes al principio de su relación? Es superimportante no dejar de practicar esos deliciosos masajes, desde el cuello hasta los glúteos, deslizando nuestras manos con la suavidad de un buen aceite de masaje y acompañándolo con ondeantes movimientos, distintas presiones, y todo el cariño y creatividad del mundo.
Recorre tus zonas erógenas y las de tu pareja. Descubre y disfruta de cada rincón de vuestros cuerpos.