piercing genitales

Casi TODO sobre los Piercings Sexuales y Genitales

Descubre todos los tipos de piercings genitales, sus riesgos y cuidados

Los piercings nos han acompañado desde siempre, ya fuera para demostrar riqueza, por motivos místicos o simple coquetería disfrazada.

A día de hoy, todavía no hay suficiente información científica alrededor de los riesgos que conllevan, a pesar de haber sido una tendencia que ha ido creciendo y decreciendo a lo largo de las décadas.

Aun así, si estás pensando en darle un toque de fantasía a tu sexualidad, déjanos darte unos consejos y acompañarte en los diferentes tipos de perforaciones para que veas si alguno te convence, por estética, morbo… o puro placer.

Cosas a tener en cuenta de los piercing sexuales

Antes de hacerte un piercing genital deberías tener en cuenta unos cuantos factores:

Los piercings genitales conllevan riesgos para la salud sexual e íntima, por lo tanto, es importante acudir a especialistas, si queremos hacernos uno.

Confía en gente profesional

Sigue siempre los consejos de profesionales en la materia y JAMÁS vayas a un “centro” no especializado. Además de ofrecerte higiene y seguridad, existen garantías y un lugar físico donde reclamar. Hacerse un piercing en los genitales no es ningún juego.

Olvídate del sexo un tiempo

Los piercings genitales necesitan muchos cuidados y un periodo de abstinencia que puede durar, según el tipo de piercing, hasta medio año.

Muchos cuidados

Cada piercing marca unas normas propias, pero existen unas comunes: ropa muy transpirable, limpieza absoluta (lávate siempre las manos antes de limpiarlo), no lo toques hasta que esté completamente curado y nada de aspirinas u otros medicamentos que puedan aumentar las hemorragias. Además, procura hablar con especialistas (de la urología, dermatología...).

Dolor

El dolor es muy personal y también depende del proceso de curación, pero hemos querido incorporar una escala del dolor basada en estadísticas para que te hagas una idea. Del 1 al 5, siendo 1 el mínimo: el 1 sería un pendiente en el lóbulo (apenas un ligero pinchazo) y el 5, un piercing en el clítoris (un dolor bien intenso).

Embarazo

Existen problemas adicionales relacionados con los piercings durante el embarazo y post.

Complicaciones

Como hemos dicho, los piercings genitales conllevan sus riesgos. De hecho, la incidencia de complicaciones relacionadas con los piercings en el cuerpo puede llegar hasta el 70%. [1]

Tipos de piercing sexuales

Su origen ha recorrido un largo camino de lo místico a lo sensual. De rituales religiosos en mayas y aztecas, hasta los años 80, donde se retomó para incrementar el placer en el cunnilingus y por eso a muchas personas les resulta muy excitante.

Puede que lxs dentistas no te lo recomienden, ya que puede dañar el esmalte o incluso fracturarte un diente.

Se empezó a realizar en la antigua Roma para mostrar virilidad y coraje. En la época victoriana se hizo popular entre las damas de la alta sociedad para realzar el volumen de sus pezones. A finales del siglo XIX se convirtió en un signo de empoderamiento sexual.

Se estima que las infecciones asociadas a los piercings en los pezones es del 10 al 20%, pero las cifras reales pueden ser más altas [2]. Además, tarda bastante en cicatrizar.

Lo habitual (y recomendable) es perforar la piel que recubre el clítoris (el prepucio) de modo horizontal o vertical. Otra opción (que no se suele aconsejar, por lo delicado de la zona) consiste en atravesar el propio clítoris.

Hay que tener MUCHO cuidado para no dañar el clítoris, especialmente si se opta por la opción “directa” (Y SIEMPRE de la mano de profesionales).

El piercing en los labios de la vulva también es de historia reciente. Lo puedes realizar tanto en los labios menores como mayores. No guarda ninguna relación con el placer propio y su uso es puramente estético.

Esta zona no tiene tantas terminaciones nerviosas como el clítoris, por lo que probablemente el dolor será menor.

Dependiendo de la anatomía, algunas personas no pueden llevarlo. El vello púbico ayuda a prevenir infecciones y proteger la vulva y solo será visible si la depilación es total (o casi).
Otro piercing con poca historia detrás y puramente estético. Atraviesa el pliegue superior de los labios mayores hasta el monte de venus. Suele guardar relación con la depilación integral del vello púbico, de otro modo no se ve. Se creó en los años 90 y se conoce como perforación Christina en honor a la primera mujer que se atrevió a lucirlo.
Muchas personas con vulva no pueden llevarlo porque dependerá de la cantidad de piel que haya en esa zona (en el caso de las que tienen pene, no suele ser un problema).
Situado entre la vagina y el perineo (Fourchette) o entre el escroto y el perineo (Guiche).
Se desaconseja si el pene no está circuncidado, es decir, si tienes piel que recubre el glande. Además, si te lo quitas, te quedará un agujero “extra” por donde orinar.
Este piercing atraviesa el orificio uretral y cuenta la leyenda que lo inventó el príncipe Alberto para “atar” su pene y así poder lucirlo bien estirado y marcado en el interior de una pernera ajustada. Puede salir por la parte inferior del glande o por la parte superior (en este caso, se le llama “Príncipe Alberto reverso”).
  • El Palang se hace de forma transversal y era habitual entre algunas tribus de la isla de Borneo.
  • El Apadravya, en cambio, se sitúa en horizontal, como curiosidad: ya aparecía en el Kamasutra en el siglo VIII.
  • El Dydoe se coloca en vertical, como si fuera una pequeña corona sobre el prepucio y, además de ser estético, puede resultar útil para estimular la zona G.
Sin duda, el mayor inconveniente puede ser el periodo de curación. Con mucha suerte y cuidados el celibato dura unos dos meses.
Una barra atraviesa el glande y la uretra de un extremo al otro. La colocación se hace con el pene erecto, para saber exactamente la medida.

Se sitúa en el escroto y su origen proviene de algunas comunidades en las que simboliza el paso a la madurez. Simbólicamente, se pone bajo el testículo izquierdo.

Es una zona más compleja de lo que parece, con una piel muy elástica, y la persona que realiza la perforación tiene que estudiar muy bien el lugar para no producir daños.

Como ves, hay una enorme variedad donde escoger. Algunos piercings te proporcionarán placer a ti; otros, a tus parejas sexuales. En ocasiones, te alegrarán la vista o te incitarán a jugar.

[1] López-Jornet P, Navarro-Guardiola C, Camacho-Alonso F, et al. Oral and facial piercings: a case series and review of the literature. Int J Dermatol. 2006;45(7):805-809. [PMID: 16863515]

[2] KapsimalakouS, Grande-Nagel I, Simon M, et al. Breast abscess following nipple piercing: a case report and review of the literature. Arch Gynecol Obstet. 2010;282(6):623-626. [PMID: 20582428]

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